Ensayo
Charo Dávalos R.
Introducción: Se sabe que la incorporación de las TIC tiene una cara distinta en los países menos desarrollados y en Latinoamérica, motivo por el cual las organizaciones privadas y públicas no quieren quedarse rezagados en un escenario que parece estar movilizado por la fuerza de los datos. A pesar de la brecha digital, un número cada vez mayor de organizaciones parecen estar decididas a hacer un uso intensivo de las tecnologías de la información y la comunicación para mejorar la comunicación con públicos internos y externos, así como automatizar procesos, ahorrando espacio, tiempo y energía. El presente ensayo se realiza partiendo de los alcances de Miguel Ángel Porrúa en su análisis titulado “Gobierno electrónico: conceptos y avances”.
Una primera reflexión del cual parte Porrúa (en adelante el autor) respecto al gobierno electrónico, es que la adopción de las tecnologías de información, responde en los últimos años a dos aspectos puntuales: la búsqueda de la “eficiencia” por un lado, y por otro, la palpable demanda de información en la administración pública. Esta opinión ya se vislumbraba hace unos años como así se señala en un especial semanario The Economist (2000:3) : “en los próximos años, el gobierno electrónico transformará no sólo la manera en que muchos servicios públicos son distribuidos, sino también los pilares (contexto institucional) en los que se asientan las relaciones entre las Administraciones Públicas y los ciudadanos”.
Aunque no se observa una definición puntual sobre lo que el autor entiende como “gobierno electrónico”, su estudio se enfoca más bien a un análisis sobre el impacto que tiene el mismo en la administración pública, así como alcances sobre experiencias diversas en la cual se viene implementado el gobierno electrónico, dejando lecciones que aprender. Creo al respecto, que ello se debe a lo que otros autores como Esteves (2005) sostiene, que el gobierno electrónico siendo un fenómeno relativamente reciente, no ha sido claramente definido dado que se encuentra aún en su estadio de infancia a nivel de desarrollo, apreciación también compartida por Porrúa a lo largo de su artículo. En todo caso, nos parece necesario rescatar algunas definiciones citadas por Esteves .
De forma concreta, se ha definido Gobierno electrónico como la “aplicación de tecnologías basadas en Internet para actividades comerciales y no comerciales en el seno de las administraciones públicas” (OCDE, 1998). Por su parte la UNDPEPA (2002) menciona que en términos generales, el gobierno electrónico incluye el uso de las tecnologías de información y comunicación para facilitar la administración diaria del gobierno.
Por su parte, algunos académicos definen gobierno electrónico en relación a e.Business o e-commerce. Por ejemplo, Howard (2001, citado por Esteves, 2005: 3) menciona que “el gobierno electrónico es la aplicación de herramientas y técnicas de e-commerce para el trabajo gobierno”. De forma similar, Schubert and Hausler (2001) define e-business como un subconjunto del gobierno electrónico. Dentro de este contexto, lo cierto es que para muchos, el gobierno electrónico, es un programa que tiene sus raíces en la agenda de modernización, el cual es presentado inambiguamente como un proceso implicando un cambio transformacional a nivel organizacional, en ese sentido, tendríamos que suponer que el gobierno electrónico es más que una tecnología, más que internet, más que una entrega de servicios. Se trata aquí de poner los ciudadanos y clientes en el corazón de todo lo que hacemos y construir el acceso a servicios, su entrega y responsabilidad democrática.
Sobre esto último, conviene traer a colación la opinión de Okot-Uma (2002) , quien considera que el Gobierno electrónico se sumerge también en el torbellino de los nuevos paradigmas gerenciales como el Empowerment, reorientando roles y responsabilidades hacia los individuos, las comunidades y las organizaciones de la sociedad civil con las capacidades necesarias en cuanto a información y conocimiento se refiere. Para Okot-Uma, quien añade un dato más, el objetivo del Gobierno electrónico, sería entonces crear las condiciones para el empoderamiento (Empowerment) de los individuos, las comunidades y la sociedad civil, a través de iniciativas como la activación de la participación en la sociedad de la información, creación de la infraestructura para la sociedad de la información y propiciar la consolidación de una ciudadanía e identidad cultural basada en el uso de las tecnologías de la información.
Esto encuentra sintonía con lo expuesto por Porrúa, quien encuentra al gobierno electrónico como un valor añadido de inigualable impacto, el cual no debe ser el centro de un proyecto, sino una herramienta de apoyo. Esto significa- a decir del autor- usar la tecnología para modernizar la administración; pero teniendo en cuenta que toda transformación de la administración pública, debe estar planificada, y ser participativa de todos los involucrados, ya que los gobiernos más eficientes y con mejor imagen ganan.
Por otro lado, se menciona mucho tanto en el artículo de Porrúa como de otros especialistas, el término de “eficiencia” en la administración, lo cual nos lleva a pensar en “servicios” que son los que brindan los gobiernos, las empresas, a los ciudadanos. Cabe la pregunta: ¿de qué tipo de servicios estaríamos hablando en un entorno virtual?. A decir de Esteves (2005), este entorno virtual debe estar definido por tres tipos básicos de servicios: Información, participación ciudadana, y realización de trámites burocráticos.
El nuevo entorno virtual, debe permitir entonces, la “Integración” entre el gobierno, las empresas y los ciudadanos, de la siguiente manera:
• Gobierno-Gobierno (G2G): En el Perú, por ejemplo, tenemos el Sistema de Información Financiera (SIAF).
• Gobierno-empresas (G2B): Espacio virtual de servicios para dar soporte al desarrollo del tejido empresarial de la localidad. Por ejemplo, en nuestro país, un ejemplo es el portal del Sistema Electrónico de Adquisiciones y Compras del Estado (SEACE).
• Gobierno-Empleados (G2E): Por ejemplo, en el caso del Perú, al interior de las Intranet, se consideran sistemas dirigidos especialmente a satisfacer necesidades de información y servicios para empleados.
• Gobierno-Ciudadanos (G2C): Espacio virtual de comunicación entre los gobernantes y los ciudadanos, de forma que se produzca un fortalecimiento de la democracia y la transparencia de las acciones del gobierno local (e-democracia).
Habiendo atisbado a una definición y lo que implica los tipos de servicios en un entorno virtual, cabe agregar a ello, como sostiene Porrúa, que no debe olvidarse que los países que han logrado avances significativos en materia de gobierno electrónico, se han caracterizado por su liderazgo y la visión de un político con autoridad, ya que los gobiernos han tratado de crear medios adecuados para que los ciudadanos no se encuentren en la llamada brecha tecnológica o digital. Por ello se han elaborado una serie de normativas legales que apoyan de manera satisfactoria la incorporación de las TIC a todos los ámbitos del quehacer ciudadano.
En todo caso, comparto con los autores señalados, que este entorno virtual aún se encuentra en su etapa inicial, como así lo confirma Ángel Páez , quien sostiene que las organizaciones gubernamentales por ejemplo, de Latinoamérica, comienzan a dar sus primeros pasos y para ello comienzan a incluir la prestación de algunos servicios en línea, intentando incrementar su eficacia y eficiencia. Asimismo, la demanda de mayor disciplina fiscal en una economía globalizada se ha combinado con la exigencia de los ciudadanos por una gestión más transparente y responsable de los servicios públicos, en términos de accesibilidad y calidad.
Como reflexión, podemos identificar que en el Perú los productos hasta ahora más visibles del Gobierno Electrónico son los portales expuestos en Internet, sin embargo la exposición en Internet de información y formularios es solo un aspecto marginal en el Gobierno Electrónico. Las transacciones electrónicas del Gobierno Electrónico están íntimamente relacionadas a los aspectos de integración, seguridad, claridad de los servicios en todo el territorio nacional, identificación electrónica del usuario, no revocación de la transacción, pago virtual de las tasas o tributos mediante un intermediario financiero, así como de la disponibilidad operativa de los servicios etc.
Lo expuesto confirma que en nuestro país, no sólo nos encontramos en una primera etapa inicial, sino que éste adolece de amplios vacíos, toda vez, que se piensa aún, que ingresar al gobierno electrónico, se reduce a la sola implementación tecnológica, como si fuese éste el fin del mismo, cuando en realidad a la par de la necesidad de recursos, se requieren nuevas competencias, nuestros procedimientos en pos en una mayor eficiencia en la gestión de responsabilidades y servicios.
Más adelante, Porrúa menciona además, las fases por las que pasa el proceso de adopción de las tecnologías por el gobierno: En primer lugar, tenemos la información, donde solo se limita a publicar información; luego tenemos la Interacción, el cual alude a la posibilidad de comunicarse en línea y realizar cierta interacción básica con el sitio; el tercer lugar tenemos la transacción, que es la posibilidad de completar un trámite de manera completa en línea; y por último, tenemos la Integración, que es la posibilidad de acceder a cualquier trámite con el gobierno desde un punto único, ya que todo está integrado.
Lo cierto es que las TIC, como sostiene Porrúa, se están utilizando para mejorar la comunicación y el trabajo en equipo, hacer procesos más eficientes, cualificar al personal, mejorar la gestión financiera y del conocimiento; las nuevas tecnologías, y el asombroso desarrollo de las ciencias de la información, proveen alternativas antes inimaginables para la conformación y reorientación de la gobernabilidad. Otros autores agregan a ello que las oportunidades que ofrece, involucra también el que hace más productivo el gasto público, aumenta la competitividad, combate la corrupción, genera confianza. Desde mi modo de ver, hemos ganado tiempo con algunos procedimientos, como la creación de informes, gracias al empleo de tecnología, pero no hemos mejorado en su ciclo de vida; seguimos con las mismas demoras en cuanto a su gestión.
Como lecciones aprendidas, los expertos recomiendan en este ámbito: diseñar una estrategia, identificar, describir y analizar los pasos de cada servicio; comparar soluciones, ejecutar proyectos pilotos, analizar integral y profundamente los resultados de dichos proyectos, analizar costos beneficios, seleccionar la alternativa más apropiada, implementar un sistema de recolección de datos relacionados con el servicio, hacer revisiones periódicas y hacer las modificaciones necesarias. A esto el autor agrega no olvidar la participación de todos en la implementación del proyecto, ya que un rediseño de la administración pública debe llevarse a cabo pensando en el usuario y situándolo en el centro del proceso, dado que son los propios usuarios quienes son los mejores conocedores de los problemas e ineficiencias de los procedimientos de la administración pública.
Lo interesante aquí que plantea el autor, es que más allá de la implementación tecnológica, de lo que se trata es de emplear dicha tecnología de manera eficiente, y para ello, resultará de gran utilidad aprender de las lecciones extraídas de las experiencias desarrolladas por sus pares. De igual forma, y como se sugiere en el V Foro Virtual de Gobierno Electrónico , también es importante encontrar barreras (sean sociales, corporativas, normativas, procedimentales, interorganizativas, infraestructura, recursos) y resistencias para realizarlos, dado que el gobierno electrónico es ante todo una cuestión política, de voluntades, prioridades de actuación y capacidad de liderazgo, más que una cuestión meramente tecnológica.
Por otro lado, la incorporación de las TIC , debe contemplar como señala el autor, un plan de gobierno electrónico, que servirá como un mapa-guía que orientará las acciones de todos los implicados; que delimitará responsabilidades y que éstas se cumplan; que organizará el trabajo, facilitara el marketing y captación de recursos financieros. Esta es una opinión compartida del autor con diferentes especialistas, quienes sostienen que sin una buena planificación, es decir, sin saber hacia dónde queremos ir, no se puede desarrollar un gobierno electrónico con enfoque nacional y orientado hacia los ciudadanos, empresas, empleados y propio Estado, por tanto, es prioritario abordar el problema de la falta de una Estrategia Nacional de gobierno electrónico, el mismo que debe estar alineado al Plan de Desarrollo de la Sociedad de la Información.
En conclusión: El Gobierno Electrónico el cual involucra todas aquellas iniciativas que implican el uso de las TIC en la gestión interorganizacional del Estado e incluye la definición, coordinación, implementación y desarrollo de las Políticas Públicas, en el ámbito de las Políticas Públicas, se ejecutan a través de: desarrollo de programas centrados en el ciudadano, promoción de la participación ciudadana, mejora en la prestación de los servicios mediante herramientas con alto valor tecnológico, comparación y análisis del desempeño del Gobierno Electrónico. Como en cualquier otro proceso de innovación, la implementación del gobierno electrónico puede originar un gran número de desafíos y obstáculos.
El gobierno electrónico, no es una estrategia de tecnología de información convencional que propone soluciones técnicas a un conjunto de necesidades de negocio. Establece un rumbo estratégico a la forma en que el sector público se transformará a si mismo mediante la implementación de modelos de negocios que explotan las posibilidades de las nuevas tecnologías.
Referencias:
BID. “Guía práctica para el gobierno electrónico: cuestiones, impactos y percepciones”. Centro Canadiense de Gestión. 11 de noviembre del 2002.
ESTEVES, José. (2005) “Análisis del desarrollo del gobierno electrónico Municipal en España”. Instituto de Empresa Serrano 105, Madrid.
ONGEI. Presidencia del Consejo de Ministros. “Situación de las tecnologías de información y comunicaciones”. Perú.
ONGEI. CODESI. Plan de Desarrollo de la Sociedad de la Información en el Perú, Estrategia Nacional de Gobierno Electrónico del Perú, 2004.
PORRUA VIGON, Miguel Ángel. “Gobierno electrónico: conceptos y avances”. En: Revista Reforma y Democracia VE (30) 83-104. Oct. 2004.
V FORO VIRTUAL, Gobierno Electrónico: La Tecnología y su relación con los ciudadanos. 8 al 10 de abril de 2008. Disponible en: www.concytec.gob.pe/foro-egob
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