Cada ser humano que pisa el planeta
tierra tiene temas emocionales no resueltos. No importa si es psicólogo,
psiquiatra, cura, monja, famoso, rico o pobre. Estos temas emocionales NO RESUELTOS
se producen en nuestras familias de origen. Pero ¿qué son temas
emocionales no resueltos? Es simple, son respuestas emocionales del
presente influenciadas o marcadas, por experiencias de nuestro pasado.
Por ejemplo: Si mi mama maltrataba a mi papa con frecuencia, vivían
peleando, ella no lo respetaba, era muy independiente, lo insultaba, lo
agredía y esto era algo más o menos constante, indudablemente mi
elección de pareja en el futuro estará marcada por esta situación. Si
crecí en ese ambiente y soy un hombre, es muy posible que me enamore de
una mujer peleona, independiente como mama…pero a la vez, rechace esa
conducta en las mujeres. Es como si quisiera “rescatar” a papa usando mi
propio matrimonio. Otros dirían, que es una forma de ser “leal” a papa,
al no permitirme ser más feliz de lo que él fue en su relación. De
hecho es sumamente difícil, por no decir imposible, que tengamos una
relación mejor que las de nuestros padres, por una cuestión de LEALTAD. Mucho más cuando nuestro padre nos ha dicho, que no deja a mama….por nosotros.
En buen español, buscamos una compañera
que nos ayude, que nos permita con su conducta, completar emocionalmente
aquello que no ha podido ser completado, terminado, cerrado, en nuestra
propia familia de origen. Si mi padre fue alcohólico, me enamoro una y
otra vez de un alcohólico para ver si puedo “rescatarlo” ya que no pude
salvar o rescatar a mi padre. De hecho, nuestra pareja la elegimos para SALVAR, RESCATAR, CASTIGAR O IMITAR A PAPA Y MAMA.
Ese es un tema no resuelto de la niñez, son respuestas emocionales en
el presente marcadas por asuntos emocionales no resueltos y que nos
marcaron en la niñez.
También es la pareja, los hijos, los amigos íntimos, los padres y hermanos, quienes pagan LA FACTURA
que pasamos aun sin querer, de temas no resueltos de nuestra familia
de origen. En ellos proyectamos ciertos temas, tales como lealtad, apego
y separación que arrastramos y con los cuales no hemos podido hacer
las paces, no lo hemos podido resolver. Si sentí rabia y dolor por el
abandono de papa o de mama, se lo cobrare a mi pareja o a mis hijos, si
sentí celos por la preferencia que existía con un hermano, demandare
atención desmedida de los que amo, si aprendí a rescatar a mis hermanos o
padres, es muy posible que siga “rescatando” a mis amigos, mis parejas,
mis hijos, etc. Y como no podemos dar a otros o que emocionalmente no
tenemos, es bien difícil dar lo que no hemos recibido de nuestras
familias. Si me crié en una familia distante, será casi imposible que
exprese afecto.
Lo más preocupante es que: “No somos
capaces de intimar adecuada y profundamente con nuestro compañera hasta
que no hayamos trabajado con nuestros temas emocionales no resueltos”.
Resumen:
Estamos condenados a repetir lo que no
hemos sanado EMOCIONALMENTE de nuestro pasado, eso es lo que llamamos
TEMAS EMOCIONALES NO RESUELTOS DE LA NINEZ.
Hasta no cerrar, resolver, estos asuntos
emocionales, lo repetiremos en nuestras relaciones más cercanas, como
pareja, hijos, familiares cercanos.
Nadie puede dar lo que no tiene, por lo
que estos temas emocionales no resueltos nos persiguen y nos impiden
tener una relación funcional, emocionalmente hablando, convirtiéndonos
en paralíticos emocionales, incapaces de establecer verdadera intimidad y
relaciones significativas funcionales.
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